El juego, le aporta al niño una larga serie de experiencias que contribuyen en la formación de su personalidad por eso queremos mostrarte que hay juegos tradicionales muy divertidos que jugaron nuestros abuelos, papis y maestros y hoy te invitamos a revivirlos.
El Gran Bonete
Los chicos se sentarán formando un círculo, y en el centro estará el que haga de Gran Bonete. Cada participante tendrá asignado un color.
El juego se inicia con las palabras del Gran Bonete:
- Al Gran Bonete se le ha perdido un pájaro y dice que el Negro lo tiene (señalando a cualquiera de los participantes, tenga éste último el color nombrado o no, para tratar de confundirlos)
Si el negro está atento dirá:
- ¿Yo, señor?
- Si, señor.
- No, señor.
- Pues, entonces ¿quién lo tiene?
- ¡El Verde!
La falta se produce cuando contesta alguien que no tiene el color al que se alude. En ese caso se anota prenda y a las 3 prendas, se paga penitencia.
Los niños pueden participar por turno, o simplemente los que tengan ganas de intervenir. Mientras dos dan vuelta la cuerda por cada compás de la cancioncilla, uno salta:
Caballito blanco,
llévame de aquí:
llévame a mi tierra
donde yo nací.
Tengo, tengo, tengo,
tú no tienes nada;
tengo tres ovejas
en una cabaña.
Una me da leche,
otra me da lana
otra me mantiene
toda la semana.
Que una,
que dos,
que tres,
que darle la vuelta
del revés.
Sin dejar de saltar, el niño da media vuelta y continúa mientras los que dan vuelta la cuerda y los que miran, para terminar el turno del que salta, cantan:
Que una,
que dos,
que tres,
que salte, niña,
que vas a perder.
Martín Pescador
Dos niños harán de Ángel y Diablo. El resto no conocerá cuál es cuál, y para ello ambos tomarán de común acuerdo el nombre de una fruta o de un color o una flor. Una vez hecha esta elección ambos se tomarán las manos levantando los brazos colocándose frente a frente, harán de puente o barrera. El resto formando una hilera vendrá cantando o recitando:
- Martín Pescador, ¿me dejará pasar?
El ángel y el diablo les responden:
- Pasarán, pasarán, pero el último quedará
Entonces la fila pasa por debajo mientras el ángel y el diablo siguen diciendo:
- Pase, pase quien podrá, pero el último quedará.
Al llegar el último, ambos bajan los brazos, y le pregunta, por ejemplo:
- ¿Con quién quieres ir?
- ¿Con la rosa o el clavel?
El niño elige y se coloca detrás de la flor que eligió. Así se procede con el resto hasta que todos estén repartidos entre ambos "bandos". Luego los dos grupos tomados de la mano tiran en sentido contrario para decidir quién será el ganador.
Gallinita Ciega
Se forman los niños y en el centro se coloca el que hará de gallinita ciega, se le vendan los ojos y se dice:
- Gallinita ciega, ¿qué has perdido?
- Una aguja y un dedal (en
- ¿Qué estás haciendo?
- Jugando con los negritos.
- ¿Qué carne querés comer?
- ¿Carne de gente, o carne de gallina?
- Carne de gente.
- Bueno, date una vuelta y echáte a buscar
La gallinita ciega intenta agarrar a cualquiera de los compañeros, siempre a ciegas y los otros niños intentarán despistarla pasando cerca, gritándole y tocándola. Al que lo atrapan hará de gallinita ciega.
Las Flores
Primero se debe elegir un jardinero y pondrá nombres de distintas flores a cada uno de los demás jugadores. Además se apartarán dos niños más del grupo que harán de ángel y diablo, los cuales llegarán por diferentes lados y hablarán alternativamente con el jardinero:
- Tun, tun
- ¿Quién anda?
- Un ángel
- ¿Qué busca?
- Una flor
- ¿Qué flor?
- El clavel
Si algún niño tiene ese nombre se va con él, sino, el ángel se va y se adelanta el diablo; se repite el mismo diálogo que la vez anterior, con las mismas consecuencias. Y así se sigue alternativamente. Una vez que entre ambos han repartido todos los jugadores, los "diablos" corren a los "ángeles" y una vez que todos han sido atrapados, el juego vuelve a empezar.
Adivinanzas
Una adivinanza es un tipo de acertijo cuyo enunciado se formula en forma de rima.
Se trata de enigmas sencillos dirigidos al público infantil en que hay que adivinar frutas, animales, objetos cotidianos, etc. Al orientarse a los niños, tienen un componente educacional al representar una forma divertida de aprender palabras y tradiciones.
Por ejemplo:
En una calle limpia
anda una niña a un compás
que camina hacia adelante
con sus ojitos atrás
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